sábado, 29 de mayo de 2010
«¿Qué tiene de malo ser los número dos?».
Es el año 1979, durante un partido de baloncesto en el gimnasio de Brandeis. El equipo marcha bien y el público estudiantil empieza a corear-, «¡Somos los número uno! ¡Somos los número uno!» Morrie está sentado allí cerca. La frase le extraña. En un momento dado, entre los gritos de «¡Somos los número uno!», se levanta y grita: «¿Qué tiene de malo ser los número dos?». Los estudiantes lo miran. Dejan de corear. Él se sienta, sonriente y con aire triunfal.
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