todos teníamos un cajón
de pequeñas cosas
perfectamente inútiles
que atesorábamos
fuera del tiempo
Cuando éramos niños
y nos convertíamos en dioses
sólo nosotros podíamos soñar
ahora que estamos olvidados
enterrados entre la carne y el hueso
con la evidencia de un mañana
que no nos pertenece
cuando sabíamos suspirar con encanto,
cuando el sol no nos atemorizaba,
cuando pensábamos sin vértigos angustiantes,
ahí éramos los niños ideales,
hoy sólo quedan las migas de la exquisita torta
torta muerta por el pecado de la impaciencia
Cuando éramos niños
una muñeca bastaba
para romperse y sufrir.
Podíamos perdernos en los parques.
Nuestras maestras nos enseñaban
lectura horizontal y palitos
Nuestros ojos aprendían
mirando las ventanas.
Fue cuando El araña dijo:Es hora de levantarse.
Niños nunca más.
Sin embargo ahora en nuestros tiempos
vemos esos días de niñez y la nostalgia
nos hace recordar las risas,
los chistes y los momentos
exquisitos de cuando teníamos el suelo
tan cerca de nosotros;
los amigos y "amigos", las aventuras,
todo vive en ese baúl
que llenamos de recuerdos dulces y amargos
de tardes de lluvia saltando charcos
todo lo que hacíamos y ahora extrañamos
lo que vivimos
cuando éramos niños...
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