viernes, 13 de febrero de 2009

Los rayos del sol





El sol viajaba por el cielo, contento y triunfante en su carro de fuego, lanzando sus rayos por todo el mundo, cosa que provocaba la indignación de una nube con un humor tempestuoso, que lo criticaba de esta manera:

–¡Derrochador, más que derrochador! ¡Tira, tira tus rayos! ¡Ya verás cuántos te quedan al final!

En las viñas, cada grano de uva que maduraba en las cepas robaba un rayo por minuto, incluso dos; y no había ni un brote de hierba, ni una araña, ni una flor, ni una gota de agua... que no hiciera lo mismo.

–¡Tú mismo, deja que todos te cojan rayos! ¡Ya verás cómo te lo agradecerán cuando no tengas nada para dejarte robar! –insistía la nube.

El sol continuaba alegremente su viaje, regalando sus rayos por millares, por millones, sin medirse un ápice. Solamente al final del día contó los rayos que le quedaban. ¡Y no le faltaba ni uno solo! La nube, de la sorpresa, se deshizo en granizo. Y el sol se zambullió felizmente en el mar.

Adaptación de GIANNI RODARI





¡Dándonos sin medida recibimos aún más de lo que entregamos!
¡No seamos rácanos con nuestros dones!
¡Iluminemos con ellos el mundo!



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