Para ser fuerte, recuérdate que puedes. Para ser fuerte, recuérdate por qué has decidido hacerlo. Para ser fuerte, recuérdate hasta dónde te han llevado ya tu fortaleza, tu foco y tu disciplina. Para ser fuerte, recuérdate que tu compromiso puede ser tan potente como cualquier excusa o razonamiento. Para ser fuerte, ten un propósito muy claro y un plan muy bien definido. Para ser fuerte, sé sinceramente agradecido por todo lo que tienes y por todo lo que puedes hacer. Para ser fuerte, comienza por tus pensamientos. Si tus pensamientos están basados en fortalezas y se enfocan en verdaderas oportunidades, tus acciones estarán alineadas con ellos. El mundo te presentará, cada día, todo tipo de desafíos, dificultades, tentaciones y distracciones. Sé consciente de que es un hecho que estas cosas se cruzarán en tu camino, y por adelantado decide ser fuerte. Mientras los altibajos de la vida se van presentando, recuérdate que has decidido ser fuerte. Entonces, a medida que cada instante vaya pasando, serás naturalmente fiel a esa decisión.
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