ODA A UNAS VIDAS ARREBATADAS
Los cristales miran al vacío,
las miradas se pierden en el horizonte.
Todo es caos, todo ceniza
y mientras el sol se baña en sangre
la Luna acuna a las estrellas,
las cuida, las mima, las consuela.
Los llantos y los gritos
se ahogan en el silencio,
y las atónitas miradas
que osan dirigirse al cielo
sienten un escalofrío,
escuchan una voz por dentro,
observan cómo una gota de agua
cae desde la Luna plateada,
Luna que se encoge para mecer las palabras,
palabras de amor, odio, ternura,
palabras de dolor, silencio, amargura,
palabras que se lleva el viento
que nos azota en las mejillas,
que nos va quitando la vida,
vida encauzada por raíles
dónde la vida es muerte
y la muerte, vida para siempre.
Como la Luna nueva que resurge de sus cenizas,
como la noche que sucede al día,
intentamos sobrevivir en este valle de lágrimas,
mas no es vivir, sino sinvivir
pues mientras unos ríen, se alegran, cantan,
otros lloran, se reprimen, estallan.
Sólo una luz aúna a las heridos,
a los frágiles, a los perdidos,
luz que emana esperanza,
luz que se acrecienta con cada lágrima.
(Almudena Abolafia Cabrera)
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